domingo, 25 de septiembre de 2011

Tema Libre

Doctrina económica mercantilista

[editar] El mercantilismo como conjunto de ideas económicas

Casi todos los economistas europeos de entre 1500 y 1750 se consideran hoy en día como mercantilistas. Sin embargo, estos autores no se veían a sí mismos como partícipes de una sola ideología económica, sino que el término fue acuñado por Victor Riquetti, Marqués de Mirabeau en 1763, y fue popularizado por Adam Smith en 1776. De hecho, Adam Smith fue la primera persona en organizar formalmente muchas de las contribuciones de los mercantilistas en su libro La Riqueza de las Naciones.[3] La palabra procede de la palabra latina mercari, que tiene el sentido igual al castellano mercantil, en el sentido de llevar a cabo un negocio, y que procede de la raíz merx que significa mercancía. Fue utilizada inicialmente sólo por los críticos a esta teoría, tales como Mirabeau y Smith, pero pronto fue adoptada por los historiadores.
El mercantilismo en sí no puede ser considerado como una teoría unificada de economía. En realidad no hubo escritores mercantilistas que presentasen un esquema general de lo que sería una economía ideal, tal y como Adam Smith haría más adelante para la economía clásica. En su lugar, el escritor mercantilista tendía a enfocar su atención en un área específica de la economía.[4] Sería después del periodo mercantilista cuando los estudiosos que vinieron posteriormente integrasen las diversas ideas en lo que llamarían mercantilismo, como por ejemplo Eli F. Heckscher[5] que ve en los escritos de la época a la vez un sistema de poder político, un sistema de reglamentación de la actividad económica, un sistema proteccionista y también un sistema monetario con la teoría de la balanza comercial. Sin embargo, algunos teóricos rechazan completamente la idea misma de una teoría mercantilista, argumentando que da "una falsa unidad a hechos dispares".[6] El historiador del pensamiento económico Mark Blaug hace notar que el mercantilismo fue calificado con el paso del tiempo como "molesto equipaje", "diversión de historiografía", y de "gigantesco globo teórico".[7]
Hasta cierto punto, la doctrina mercantilista en sí misma hacía imposible que existiese una teoría general económica. Los mercantilistas veían el sistema económico como un juego de suma cero, en donde la ganancia de una de las partes suponía la pérdida de otra, o siguiendo la famosa máxima de Jean Bodin "no hay nada que alguien gane que otro no pierda" (Los Seis libros de la República). Por tanto, cualquier sistema de políticas que beneficiasen a un grupo por definición también harían daño a otro u otros, y no existía la posibilidad de que la economía fuese empleada para maximizar la riqueza común, o el bien común.[8] Parece que los escritos de los mercantilistas se hubieran hecho para justificar a posteriori una serie de prácticas, más que para evaluar su impacto y determinar así el mejor modo de llevarlas a término.[9]
El mercantilismo es, por tanto, una doctrina o política económica que aparece en un periodo intervencionista y describe un credo económico que prevaleció en la época de nacimiento del capitalismo, antes de la Revolución industrial.[10]
Las primeras teorías mercantilistas desarrolladas a principios del Siglo XVI estuvieron marcadas por el bullionismo (del inglés bullion: oro en lingotes). A ese respecto, Adam Smith escribía:
La doble función que cumple el Dinero, como instrumento de comercio y como medida de los valores, ha hecho que se produzca de modo natural esa idea popular de que el Dinero hace la riqueza, o que la riqueza consiste en la abundancia de oro y plata […]. Se razona de la misma manera con respecto a un país. Un país rico es aquél en el que abunda el dinero, y el medio más sencillo de enriquecer el suyo, es amasar el oro y la plata […]. Debido al creciente éxito de estas ideas, las diferentes naciones de Europa se han dedicado, aunque sin demasiado éxito, a buscar y acumular oro y plata de todas las maneras posibles. España y Portugal, poseedores de las principales minas que proveen a Europa de esos metales, han prohibido su exportación amenazando con graves represalias, o la han sometido a enormes tasas. Esta misma prohibición ha formado parte de la política de la mayoría de las naciones de Europa. Uno la encuentra incluso donde menos lo esperaría, en algunas antiguas actas del parlamento de Escocia, que prohíben, bajo fuertes penas, transportar oro y plata fuera del reino. La misma política se puso en marcha en Francia y en Inglaterra[11]
Thomas Gresham, comerciante y financiero inglés.
Durante ese periodo, importantes cantidades de oro y plata fluían desde las colonias españolas del Nuevo Mundo hacia Europa. Para los escritores bullionistas, como Jean Bodin o Thomas Gresham, la riqueza y el poder del Estado se miden por la cantidad de oro que poseen. Cada nación debe pues acrecentar sus reservas de oro a expensas de las demás naciones para hacer crecer su poder. La prosperidad de un Estado se mide, según los bullionistas, por la riqueza acumulada por el gobierno, sin mencionar la Renta Nacional. Este interés hacia las reservas de oro y plata se explica en parte por la importancia de esas materias primas en tiempos de guerra. Los ejércitos, que contaban con muchos mercenarios, eran pagados con oro y quitando a los pocos países europeos que controlaban las minas de oro y plata, la principal manera de obtener esas materias primas era el comercio internacional. Si un Estado exportaba más de lo que importaba, su "balanza del comercio" (lo que corresponde en nuestros días a la balanza comercial) era excedentaria, lo que se traducía en una entrada neta de dinero.
Esto llevó a los mercantilistas a proponer como objetivo económico el tener un excedente comercial. Se prohibía estrictamente la exportación de oro. Los bullionistas también eran partidarios de poner en marcha altas tasas de interés para animar a los inversores a invertir su dinero en el país.
En el Siglo XVIII se desarrolló una versión más elaborada de las ideas mercantilistas, y que rechazaba la visión simplista del bullionismo. Esos escritores, como Thomas Mun, situaban como principal objetivo el crecimiento de la riqueza nacional, y aunque seguía considerando que el oro era la riqueza principal, admitían que existían otras fuentes de riqueza, como las mercancías.
"(...) no es la gran cantidad de oro y plata lo que constituye la verdadera riqueza de un Estado, ya que en el mundo hay Países muy grandes que cuentan con abundancia de oro y plata, y que no se encuentran más cómodos, ni son más felices […]. La verdadera riqueza de un Reino consiste en la abundancia de las Mercancías, cuyo uso es tan necesario para el sostenimiento de la vida de los hombres, que no pueden pasarse de ellas"[12]
El objetivo de una balanza comercial excedentaria seguía persiguiéndose pero desde ese momento se veía interesante importar mercancías de Asia por medio de oro para revender luego esos bienes en el mercado europeo con importantes beneficios.
"Y para dejar la cosa aún más clara, cuando decimos […] que 100.000 libras exportadas en efectivo pueden servir para importar el equivalente aproximado de 500.000 libras esterlinas en mercancías de las Indias Orientales, hay que entender que la parte de esa suma que puede llamarse con propiedad nuestra importación, al ser consumida en el reino, tiene un valor de unas 120.000 libras esterlinas anuales. De manera que el resto, es decir 380.000 libras, es mercancía exportada al extranjero bajo la forma de nuestros tejidos, nuestro plomo, nuestro estaño, o de cualquier otro producto de nuestro país, con gran aumento del patrimonio del reino y eso en el tesoro, por lo que podemos concluir que el comercio de las Indias Orientales provee a ese fin."[13]
Esta nueva visión rechazaba a partir de ese momento la exportación de materias primas, que una vez transformadas en bienes finales constituían una importante fuente de riqueza. Mientras el bullionismo había favorecido la exportación en masa de lana de Gran Bretaña, la nueva generación de mercantilistas apoyaba la prohibición total de exportar materias primas y propugnaba el desarrollo de industrias manufactureras domésticas. Al necesitar las industrias importantes capitales, en el Siglo XVIII se vio una reducción de las limitaciones contra la usura. Como muy bien demostró William Petty, la tasa de interés se ve como una compensación por las molestias ocasionadas al prestador al quedar sin liquidez. Un resultado de esas teorías fue la puesta en marcha de las Navigation Acts a partir de 1651, que dieron a los barcos ingleses la exclusiva en las relaciones entre Gran Bretaña y sus colonias, prohibiendo a los holandeses el acceso a ciertos puertos para restringir la expansión de los Países Bajos.
Las consecuencias en materia de política interior de las teorías mercantilistas estaban mucho más fragmentadas que sus aspectos de política comercial. Mientras Adam Smith decía que el mercantilismo apelaba a controles muy estrictos de la economía, los mercantilistas no estaban de acuerdo entre sí. Algunos propugnaban la creación de monopolios y otras cartas patentes. Pero otros criticaban el riesgo de corrupción y de ineficacia de tales sistemas. Muchos mercantilistas también reconocían que la instauración de cuotas y de control de precios propiciaba el mercado negro.
En cambio, la mayor parte de los teóricos mercantilistas estaban de acuerdo en la opresión económica de los trabajadores y agricultores que debían vivir con unos ingresos cercanos al nivel de supervivencia, para maximizar la producción. Unos mayores ingresos, tiempo libre suplementario o una mejor educación de esas poblaciones contribuirían a favorecer la holgazanería y perjudicarían la economía.[14] Esos pensadores veían una doble ventaja en el hecho de disponer de abundante mano de obra: las industrias que se desarrollaban en esa época precisaban de mucha mano de obra y además eso reforzaba el potencial militar del país. Los salarios se mantienen pues a un bajo nivel para incitar a trabajar. Las leyes de pobres (Poor Laws) en Inglaterra persiguen a los vagabundos y hacen obligatorio el trabajo. El ministro Colbert hará trabajar a niños con seis años en las manufacturas de Estado.
La reflexión sobre la pobreza y su papel social en la Edad Moderna cobró importancia sobre todo tras la Reforma Protestante y los diferentes papeles que a la predestinación y el triunfo personal daban la teología de Lutero, Calvino o la Contrarreforma. La opinión católica tradicional se asociaba al mantenimiento del Antiguo Régimen, sancionando el ocio de los privilegiados y considerando la condena del trabajo como un castigo divino, mientras que las sociedades donde triunfó el protestantismo parecían adecuarse más a los nuevos valores burgueses.[15] La valoración tradicional de los pobres los veía como más cercanos a Dios, y las instituciones de caridad no se veían como medios de erradicar la pobreza, sino de paliar sus efectos. No obstante, entre los católicos también se incluye la obra de Juan Luis Vives De subventione pauperum. Sive de humanis necessitatibus libri II (Los dos libros de la subvención a los pobres o de la necesidad humana. Brujas, 1525), que trata el problema de la mendicidad buscando soluciones en las instituciones públicas, que deben socorrer a los verdaderos pobres y hacer trabajar a los que sólo son vagos; para ello consideraba preciso una organización de la beneficencia y una reforma del sistema sanitario, de asilo. Siguiendo sus ideas se organizó la actuación contra la pobreza en la ciudad de Brujas.

[editar] Interpretación histórica del mercantilismo

En efecto, no se puede hablar de una escuela mercantilista, pues para poder hablar de una escuela debe existir un conjunto de características que englobe este término. Una de ellas es la presencia de un maestro que cree un pensamiento el cual sea seguido por los miembros de la escuela, además de homogeneidad en el pensamiento. Así, por ejemplo, podemos hablar de la Escuela Clásica con Adam Smith como epicentro del pensamiento, es decir , como maestro, y la afinidad entre los distintos autores de la misma. Sin embargo, en lo que se refiere al pensamiento llamado mercantilista no encontramos ninguno de los atributos necesarios para identificarlo con una escuela de pensamiento.
El mercantilismo ha tenido diversas interpretaciones a lo largo del tiempo. Desde Adam Smith hasta la actualidad se suceden explicaciones de lo que han sido y han significado todos estos autores llamados mercantilistas. John Maynard Keynes, Gustav Schmoller, William Cunningham y el ya mencionado Adam Smith, entre muchos otros, han aportado su perspectiva del mercantilismo. Señalaremos particularmente a Eli Heckscher que, influido por los tres últimos autores mencionados, aúna las interpretaciones de éstos para luego añadir la suya. Habla del mercantilismo desde el punto de vista de su política proteccionista y sus actitudes monetarias (como ya refiere Smith), como una doctrina en la construcción del estado (recogido de Schmoller), como un sistema de poder (propugnado por Cunningham) y añade su tesis a estas cuatro: describe el mercantilismo como una concepción social que rompió con los moldes tanto morales como religiosos que determinaban el comportamiento de los agentes económicos.
A partir de los años cuarenta se disgrega las interpretaciones, desde una perspectiva general, en cuatro direcciones diferentes. Por una parte, historiadores que hablan de un período preanalítico del pensamiento económico.Por otra parte, los que argumentan la anticipación de la doctrina clásica en muchos aspectos( mecanismos de los precios, etc.) Un tercer grupo de historiadores hacen hincapié en la política, ya no exterior y proteccionista, sino en la local y nacional. Por último, y como aportación argumentativa a la afirmación de la inexistencia de una escuela mercantilista, un cuarto grupo de historiadores aboga que el mercantilismo es una invención de los investigadores, pues, no hay homogeneidad ni coherencia en su doctrina sino disparidad en los asuntos tratados según que países, y que, por tanto, el debate que gradualmente se centra en una visión homogénea es erróneo.
Haciendo referencia aquellos autores que creen que el mercantilismo es la anticipación a la doctrina clásica, podemos destacar a Richard Cantillon. Este autor, que se percibe entre el pensamiento mercantilista y clásico, perfecciona el concepto de balanza de comercio en términos de trabajo. Desde esta óptica se tiene en cuenta el aumento del empleo como término positivo en las ganancias de la balanza comercial. Así, pues, Cantillon, aboga por medidas para la estabilidad de los precios e impedir su subida (por la acumulación del dinero) y en consecuencia la pervivencia de un nivel alto de empleo

[editar] La época mercantilista

El concepto de mercantilismo se define a partir de los grandes descubrimientos geográficos, consecuencia de la apertura de las rutas comerciales marítimas por los portugueses entre el siglo XV y 1500 (fecha del descubrimiento de Brasil) y la consolidada corriente inagotable del metal precioso (oro y plata principalmente) llevado desde los territorios nuevos a Europa, en particular después del establecimiento de los virreinatos de Nueva España y de Perú, por los castellanos.
Los españoles del siglo XVII, llegaron a considerar al mercantilismo como el sentido mismo de la riqueza mediante la teoría del enriquecimiento de las naciones a través de la acumulación de metal precioso. El oro y la plata constituyen el objetivo del comerciante y por lo tanto se pueden considerar como el impulso al intercambio de mercancías. El oro y la plata por sí mismos no generaron los acontecimientos económicos de la época, sino que conjuntamente con otras causas fueron moldeando la economía europea de esos tiempos. Algunas de estas causas fueron: los grandes descubrimientos geográficos, el Renacimiento, la Reforma religiosa, la aparición del estado moderno y el régimen colonial, o sea la primera globalización o el "primer sistema-mundo", según la expresión de Fernand Braudel.
Íntimamente conectado a la emergencia del Estado-nación moderno y basado en la existencia del binomio "metrópoli – colonias", el mercantilismo asumió formas nacionales, de las cuales pueden citarse, en orden cronológico: Portugal, España, Inglaterra, Holanda, Francia, Dinamarca y Suecia durante los siglos XVI, XVII y XVIII. En esta época, el mercantilismo evoluciona de tal manera que genera un estudio apropiado y se traduce como una actividad económica, a tal grado que se habla de políticas económicas y normas económicas. Al mercantilismo se le empieza a conocer con otras denominaciones, las mismas que dan sentido a su concepto, estas son: sistema mercantil, sistema restrictivo, sistema comercial, Colbertismo en Francia y Cameralismo en Alemania.
Derivado de la expansión militar europea y del incipiente desarrollo manufacturero, como complemento de la producción clásica de la agricultura, el mercantilismo incrementó notablemente el comercio internacional. Los mercantilistas fueron los primeros en identificar la importancia monetaria y política de éste.
El mercantilismo se desarrolló en una época en la que la economía europea estaba en transición del feudalismo al capitalismo. Las monarquías feudales medievales estaban siendo reemplazados por las nuevas naciones estado centralizadas, en forma de monarquías absolutas o (en Inglaterra y Holanda) parlamentarias. Los cambios tecnológicos en la navegación y el crecimiento de los núcleos urbanos también contribuyeron decisivamente al rápido incremento del comercio internacional.[16] El mercantilismo se enfocaba en cómo este comercio podía ayudar mejor a los estados.
Otro cambio importante fue la introducción de la contabilidad moderna y las técnicas de doble entrada. La nueva contabilidad permitía llevar un claro seguimiento del comercio, contribuyendo a la posibilidad de fiscalizar la balanza de comercio.[17] Y por supuesto, tampoco se puede ignorar el impacto que supuso el descubrimiento de América. Los nuevos mercados y minas descubiertas impulsaron el comercio exterior hasta cifras que hasta entonces no se podían ni concebir. Esto último llevó a un gran incremento de los precios y a un incremento en la propia actividad comercial.[18] Curiosamente, la relación entre la llegada de metales preciosos americanos y la inflación europea del siglo XVI (un fenómeno a una escala hasta entonces desconocida) no fue plenamente establecido hasta las investigaciones de Earl J. Hamilton en una fecha tan tardía como 1934 (El tesoro americano y la revolución de los precios en España, 1501-1650).
Antes del mercantilismo, los estudios económicos más importantes que se habían realizado en Europa fueron las teorías de la Escolástica medieval. El objetivo de estos pensadores era encontrar un sistema económico que fuese compatible con las doctrinas cristianas acerca de la piedad y la justicia. Se enfocaban principalmente en las cuestiones microeconómicas y a los intercambios locales entre individuos. El mercantilismo, por su parte, estaba alineado con las otras teorías e ideas que estaban reemplazando el punto de vista medieval.
En esta época se fueron adoptando también las teorías de la Realpolitik impulsadas por Nicolás Maquiavelo y la primacía del interés nacional en las relaciones internacionales. La idea mercantilista de que el comercio era una suma cero en las que las partes hacían lo posible para ganar al otro en una dura competencia, se integraba dentro de las teorías filosóficas de Thomas Hobbes. Los juegos de suma cero como el dilema del prisionero pueden ser consistentes con un punto de vista mercantilista. En el mencionado dilema los jugadores son premiados por traicionar a sus compañeros/oponentes, aunque todo el mundo estaría mejor si todos cooperasen.
Ese punto de vista pesimista sobre la naturaleza humana también encaja con la mentalidad del puritanismo en su concepción del mundo, que inspiró parte de la legislación mercantilista más dura, como las Actas de Navegación (Navigation Acts) introducidas por el gobierno de Oliver Cromwell.[19]

[editar] Las ideas mercantilistas

El pensamiento mercantilista se puede sintetizar a través de las nueve reglas de Von Hornick:[20]
  1. Que cada pulgada del suelo de un país se utilice para la agricultura, la minería o las manufacturas.
  2. Que todas las materias primas que se encuentren en un país se utilicen en las manufacturas nacionales, porque los bienes acabados tienen un valor mayor que las materias primas
  3. Que se fomente una población grande y trabajadora.
  4. Que se prohíban todas las exportaciones de oro y plata y que todo el dinero nacional se mantenga en circulación.
  5. Que se obstaculicen tanto cuanto sea posible todas las importaciones de bienes extranjeros
  6. Que donde sean indispensables determinadas importaciones deban obtenerse de primera mano, a cambio de otros bienes nacionales, y no de oro y plata.
  7. Que en la medida que sea posible las importaciones se limiten a las primeras materias que puedan acabarse en el país.
  8. Que se busquen constantemente las oportunidades para vender el excedente de manufacturas de un país a los extranjeros, en la medida necesaria, a cambio de oro y plata.
  9. Que no se permita ninguna importación si los bienes que se importan existen de modo suficiente y adecuado en el país.
Sin embargo, la política económica interna que defiende el mercantilismo estaba todavía más fragmentada que la internacional. Mientras que Adam Smith presentaba un mercantilismo que apoyaba el control estricto de la economía, muchos mercantilistas no se identificaban con tales ideas. Durante los comienzos de la era moderna estaba a la orden del día el uso de las patentes reales y la imposición gubernamental de monopolios. Algunos mercantilistas los apoyaban, pero otros veían la corrupción e ineficiencia de esos sistemas.
Uno de los elementos en los que los mercantilistas estaban de acuerdo era la opresión económica de los trabajadores. Los asalariados y los granjeros debían vivir en los "márgenes de subsistencia". El objetivo era maximizar la producción, sin ningún tipo de atención sobre el consumo. El hecho de que las clases más bajas tuvieran más dinero, tiempo libre, o educación se veía como un problema que degeneraría en pocas ganas de trabajar, dañando la economía del país.[21]
Por otra parte, los estudiosos no se ponen de acuerdo en el motivo por el cual el mercantilismo fue la ideología o teoría económica dominante durante dos siglos y medio.[22] Un grupo, representado por Jacob Viner, argumenta que el mercantilismo fue simplemente un sistema muy directo y que contaba con bastante sentido común. Sin embargo, se sustentaba sobre una serie de falacias lógicas que no podían ser descubiertas por la gente de la época, dado que no tenían las herramientas analíticas necesarias. Otra escuela, apoyada por economistas como Robert B. Ekelund, entiende que el mercantilismo no era un error, sino el mejor sistema posible para aquellos que lo desarrollaron. Esta escuela argumenta que las políticas mercantilistas fueron desarrolladas y puestas en práctica por comerciantes y gobiernos, cuyo objetivo era incrementar al máximo los beneficios empresariales. Los empresarios se beneficiaban enormemente, y sin que ello les supusiera un esfuerzo, por la imposición de monopolios, las prohibiciones a las importaciones y la pobreza de los trabajadores. Los gobiernos, por su parte, se beneficiaban del cobro de los aranceles y los pagos de los mercaderes. Si bien las ideas económicas más tardías fueron desarrolladas a menudo por académicos y filósofos, casi todos los escritores mercantilistas eran comerciantes o personas con cargos en el gobierno.[23]

[editar] El mercantilismo como proceso económico

Dentro de la doctrina económica mercantilista emergieron, de manera natural, tres cuestiones fundamentales que generaba esta lucrativa actividad comercial:
En la obra The Circle of Commerce (El círculo del comercio, 1623), Edward Misselden desarrolló un concepto de balanza comercial expresado en términos de débitos y créditos, presentando el cálculo de la balanza comercial para Inglaterra desde el día de navidad del año 1621 hasta la de 1622.

El MERCADO

Mercado y competencia perfecta
Artículo principal: Competencia perfecta
No todos los mercados son eficientes en el sentido de que no en todos ellos existe unas condiciones técnicas llamadas de competencia perfecta. Los mercados eficientes o de competencia perfecta son aquellos en los que se asume que existen tantos vendedores como compradores de un mismo bien o servicio que ninguno de ellos, actuando independientemente, puede influir sobre la determinación del precio y que éste a su vez, está dado y es fijado por las mismas fuerzas del mercado.
La competencia perfecta es una representación idealizada de los mercados de bienes y de servicios en la que la interacción recíproca de la oferta y la demanda determina el precio. Un mercado de competencia perfecta es aquel en el que existen muchos compradores y muchos vendedores, de forma que ningún comprador o vendedor individual ejerce influencia decisiva sobre el precio. Para que esto ocurra, debe cumplirse estos siete elementos:
  1. Existencia de un elevado número de oferentes y demandantes. La decisión individual de cada uno de ellos ejercerá escasa influencia sobre el mercado global.
  2. Homogeneidad del producto. No existen diferencias entre los productos que venden los oferentes.
  3. Transparencia del mercado. Todo los participantes tienen pleno conocimiento de las condiciones generales en que opera el mercado.
  4. Libertad de entrada y salida de empresas. Todas las empresas, cuando lo deseen, podrán entrar y salir del mercado.
  5. Libre acceso a la información.
  6. Libre acceso a recursos.
  7. Beneficio igual a cero en el largo plazo.
La esencia de la competencia perfecta no está referida tanto a la rivalidad como a la dispersión de la capacidad de control que los agentes económicos pueden ejercer sobre la marca del mercado. Cuando se viola o no se cumple con alguno de los requisitos para la competencia perfecta se produce un fallo de mercado.
 El funcionamiento de los mercados en competencia perfecta
Artículo principal: Equilibrio parcial
En un mercado libre de restricciones o mercado con competencia perfecta, la oferta y la demanda de los diferentes bienes determinan un precio de equilibrio para cada bien, y a dicho precio las empresas deciden libremente que cantidad producir. Por consiguiente, el mercado determina el precio y cada empresa acepta este precio como un dato fijo sobre el que no puede influir. Cuando la demanda de un producto no afecte significativamente a posibles productos complementarios o suplementarios, podrá definirse la curva de demanda y determinar el equilibrio parcial para un mercado de un sólo bien. A partir del precio de equilibrio cada empresa individual producirá la cantidad que le indique su curva de oferta para ese precio concreto. La curva de oferta de cada empresa está condicionada por su costo de producción. (Costo marginal en términos más precisos).
Al precio que se determine en el equilibrio de un mercado competitivo las empresas no tendrán, en general, los mismos beneficios. Esto se deberá a que, si bien suponemos que todas las empresas conocen la misma tecnología a corto plazo, las instalaciones fijas de cada empresa serán diferentes, de forma que los costos y beneficios serán distintos.
Aunque esta situación puede existir en el corto plazo (mientras no sea posible alterar el tamaño de la empresa), no se mantendrá en cuanto las organizaciones logren readaptar sus procesos productivos. Además, los beneficios que obtengan las empresas más eficientes, serán tenidos en cuenta por las compañías de otros mercados o sectores. De nuevo. en el corto plazo, éstas no podrán abandonar el sector en el que se encuentran, pero tan pronto como puedan liquidar sus instalaciones, lo harán.
Así, en un mercado de competencia perfecta hay una tendencia a que se minimicen los costes y se equiparen así los beneficios.
El término "se vacía el mercado", proviene de lo mismo: se cumple el objetivo de la competencia perfecta, el cual es maximizar los excesos de oferta por parte de los empresarios, y el exceso de demanda por los consumidores. Un "mercado vacío" es aquel en el que se vendió y compró todo lo que se produjo.
 La competencia perfecta y la eficiencia económica
En los mercados de competencia perfecta, el beneficio a largo plazo es nulo, ya que mientras un mercado ofrezca la posibilidad de obtener beneficio neto de una inversión entrarán más y más productores hasta que el beneficio quede anulado. Naturalmente en la práctica la competencia perfecta es irrealizable y a corto y medio plazo el mercado no es perfectamente competitivo, y es en esa situación que las empresas pueden obtener beneficios. Cuando el mercado está cerca de ser perfectamente competitivo, las empresas que pretenden obtener beneficios generalmente deben aprovechar mejor la tecnología para reducir costes y aumentar el margen de beneficio entre el precio de venta y el coste unitario de producción. Por lo tanto, el intento de aumentar la tasa de beneficio va asociada a la combinación más eficiente y rentable de los factores productivos y a la modernización de la tecnología, al menos a nivel local. El efecto neto sobre el medio ambiente o las otras industrias es más complicado de predecir, por lo que es difícil juzgar sobre el efecto global de las condiciones de cuasi-competencia perfecta sobre la economía en un determinado mercado.
 Mercados de competencia imperfecta
Artículo principal: Competencia imperfecta
Los mercados de competencia imperfecta son aquellos en los que bienes y productores son los suficientemente grandes como para tener un efecto notable sobre el precio. Existen varios modelos de este tipo de mercado entre ellos el mercado monopolístico y los diversos modelos oligopolísticos. También existen mercados donde un comprador tiene suficiente cuota de mercado para influir en el precio ese tipo de mercados, un ejemplo de ese tipo de mercados son los monopsonios y los oligopsonios.
La diferencia fundamental con los mercados de competencia perfecta reside en la capacidad que tienen las empresas oferentes de controlar en precio. En estos mercados, el precio no se acepta como un dato ajeno, sino que los oferentes intervienen activamente en su determinación.
En general, puede afirmarse que cuanto más elevado resulte el número de participantes, más competitivo será el mercado.
 Denominaciones y tipos de mercado
 Por ámbito geográfico
  • Mercado internacional o mercado exterior: Es aquel que se encuentra en uno o más países en el extranjero.
  • Mercado nacional o mercado interior: Es aquel que abarca todo el territorio nacional para el intercambios de bienes y servicios.
  • Mercado regional: Es una zona geográfica determinada libremente, que no coincide de manera necesaria con los límites políticos.
  • Mercado de Intercambio Comercial al Mayoreo: Es aquel que se desarrolla en áreas donde las empresas trabajan al mayoreo dentro de una ciudad.
  • Mercado metropolitano: Se trata de un área dentro y alrededor de una ciudad relativamente grande.
  • Mercado local: Es el que se desarrolla en las tiendas establecidas o en modernos centros comerciales dentro de un área metropolitana.
  • Mercado interior de la Unión Europea
  • Mercosur (Mercado Común del Sur)
Por su naturaleza
  • Mercados financieros Es un mecanismo que permite a los agentes económicos el intercambio de activos financieros. En general, cualquier mercado de materias primas podría ser considerado como un mercado financiero si el propósito del comprador no es el consumo inmediato del producto, sino el retraso del consumo en el tiempo.
    • Mercado de bonos Es un mercado financiero donde los participantes compran y venden títulos de deuda, usualmente en la forma de bonos
    • Mercado de capitales Son un tipo de mercado financiero en los que se ofrecen y demandan fondos o medios de financiación a mediano y largo plazos. Frente a ellos, los mercados monetarios son los que ofrecen y demandan fondos (liquidez) a corto plazo.
    • Mercado de valores Son un tipo de mercado de capitales en el que se negocia la renta variable y la renta fija de una forma estructurada, a través de la compraventa de valores negociables. Permite la canalización de capital a medio y largo plazo de los inversores a los usuarios.
    • Mercado secundario Es una parte del mercado financiero de capitales dedicado a la compraventa de valores que ya han sido emitidos en una primera oferta pública o privada, en el denominado mercado primario.
    • Mercado primario
  • Mercado bilateral Es un mercado en el que un grupo de usuarios genera un externalidad sobre otro distinto, existiendo una plataforma que los pone en contacto. Ejemplos de mercados bilaterales son:
Las tarjetas de crédito, Las consolas de videojuegos, Las agencias de citas. Los sitios web de subastas.
  • Mercado cautivo Se denomina mercado cautivo a aquel en el cual existen una serie de barreras de entrada que impiden la competencia, y convierten al mercado en un monopolio u oligopolio. Es el contrario al libre mercado.
  • Mercado gris Es un término proveniente del idioma inglés que se refiere al flujo de mercancías que se realiza a través de los canales de distribución diferentes a los autorizados por el fabricante o el productor. A diferencia del mercado negro, las mercancías 'grises' no son ilegales
  • Mercado libre Sistema en el que el precio de los bienes o servicios es acordado por el consentimiento entre los vendedores y los consumidores, mediante las leyes de la oferta y la demanda. Requiere para su implementación de la existencia de la libre competencia, lo que a su vez requiere que entre los participantes de una transacción comercial no haya coerción, ni fraude, etc, o, mas en general, que todas las transacciones sean voluntarias.
  • Mercado negro Término utilizado para describir la venta clandestina e ilegal de bienes, productos o servicios, violando la fijación de precios o el racionamiento impuesto por el gobierno o las empresas.
  • Mercado laboral o Mercado de trabajo mercado en donde confluyen la demanda y la oferta de trabajo. El mercado de trabajo tiene particularidades que lo diferencian de otro tipo de mercados (financiero, inmobiliario, de materias primas, etc.) ya que se relaciona con la libertad de los trabajadores y la necesidad de garantizar la misma. En ese sentido, el mercado de trabajo suele estar influido y regulado por el Estado a través del derecho laboral y por una modalidad especial de contratos, los convenios colectivos de trabajo

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Historia del Ecuador

Evolucion Historica de la Economia del Ecuador

Ecuador ha visto mucho cambio en su economía durante de los últimos veinte años. El descubrimiento de petróleo en la región amazona transformó la economía de Ecuador en los setenta. La economía cambió de una economía pequeña agrícola de las frutas y el café, a una industria petrolera. Con el proceso, Ecuador se hizo una economía grande.

Ecuador ha visto una época mala con su economía también. En los primeros años de los ochenta, el mundo sufrió una pérdida en la economía de petróleo.

1986 la economía de Ecuador se disminuyó. Ecuador tenía problemas económicos

1987 sufría de un terremoto que destruyó sus campos de petróleo.

1988 a 1992 el gobierno de Ecuador empezó a reconstruir la economía, específicamente con la ayuda de costes de exportación muy altos.

1994 la inflación cayó 35% y el PIB creció 4.3% con el presidente Sixto Duran Ballen.

Con la exportación como su región económica más grande, Ecuador es un miembro de muchas organizaciones mundiales como La Organización de Comercio Mundial, Fondo Monetario Internacional (FMI), y El Sistema Económico Latinoamericano (Ecuador’s economy n.pag). Hoy en día, Ecuador está creando vínculos con otros países hispánicos. Con cada día, Ecuador está tratando de construir una economía más fuerte.

Ecuador (oficialmente República del Ecuador) es un país situado en la parte noroeste de América del Sur. Ecuador limita al norte con Colombia, al sur y al este con Perú y al oeste con el océano Pacífico. El país tiene una extensión de 256.370 km² y una población de más de 14 millones de personas. Ecuador es surcado de norte a sur por una sección volcánica de la cordillera de los Andes (70 volcanes, siendo el más alto el Chimborazo, con 6.310 msnm)6 Al oeste de los Andes se presentan el Golfo de Guayaquil y una llanura boscosa; y al este, la Amazonia. Es el país con la más alta concentración de ríos por kilómetro cuadrado en el mundo. En el territorio ecuatoriano, que incluye las islas Galápagos 1000 km al oeste de la costa, se encuentra la biodiversidad más densa del planeta.[cita requerida]

Los primeros asentamientos humanos en el territorio ecuatoriano se remontan a 12000a. C. (El Inga, Chobshi, Cubilán, Las Vegas), posteriormente se desarrollaron varios pueblos precolombinos. El Imperio incaico conquistó la región a mediados del siglo XV, y la conquista española en este territorio se inició un siglo después, en 1534. Fue colonia española durente casi trescientos años. La época independentista tuvo sus orígenes en 1809, e inició el proceso emancipador comprendido desde 1820 hasta el 1822. Después de la definitiva independencia del dominio español, parte del territorio se integró rápidamente a la Colombia, mientras el territorio del litoral permaneció independiente hasta la anexión vía manu militari por parte de Simón Bolívar. En 1830 los territorios colombianos del sur se separaron y se creó la nación ecuatoriana. Desde los inicios de la república existió una inestabilidad política lo que condujo al origen de varias revoluciones a lo largo del siglo XIX. El siglo XX estuvo marcado por la poca o nula participación del país en las guerras mundiales, varios conflictos limítrofes con el Perú, y la conformación de gobiernos militares. En 1979, el Ecuador volvió al sistema democrático, aunque la inestabilidad política entre 1996 a 2006 llevo al país a una crisis economica y social, con tres presidentes derrocados, una quedo rechazada por falta de normativa y tres interinazgos para completar los gobiernos derrocados, vieron una etapa que se desvanecio con el gobierno de Rafael Correa quien no solo luego de decadas ha logrado tener mas de cuatro años en el poder con un apoyo admirable frente a los efectos o cotidianidades propias de la politica en el tiempo, lleva desde el 15 de enero de 2007 un gobierno que terminara su segundo periodo el 24 de mayo de 2013 y con un apoyo que no ha disminuido por debajo del 60% en cinco años. Siendo potencialmente reelecto por cuatro años mas al carecer de un contrincante que lo pueda medir aun dentro de una oposicion pobre y sin mucho reconocimiento social y un progreso notorio del país frente a otros paises de la región y de anteriores administraciones.

Ecuador consta como el principal exportador de banano a nivel mundial7 y uno de los principales exportadores de flores, camarones y cacao.

Políticamente, el Ecuador es un Estado constitucional republicano y descentralizado, dividido político-administrativamente en 24 provincias.

EPOCA COLONIAL

El Rey de España Don Carlos I ordenó que se fundará una Casa de Amonedación en México y otra en la isla de Santo Domingo, las acuñaciones debía ser solo en plata y vellón.

La Casa de México acuña sus primeras monedas.

El Rey Felipe II prohibe la acuñación de monedas de vellón en la Casa de México.

El Rey Felipe II manda a establecer la Casa de Moneda de Lima para acuñar monedas de plata similares a las de México.

Se decide trasladar la Casa de Lima a la Ciudad de la Plata debido a su producción insignificante.

Se establece una Casa de Amonedación en la Ciudad de la Plata con la mitad de las herramientas de la Casa de Lima, pero muy pronto hubo que trasladarla al Alto Perú (Potosí)

Se rehace la Casa de Amonedación de Lima

Se asienta la Casa de Amonedación Potosí, la misma que fue trasladada desde Ciudad de La Plata, en Potosí se encontraron las minas argentíferas mas ricas del Imperio. Desde el inicio empezó a inundar las colonias españolas con monedas defectuosas llamadas MACUQUINAS.

El Rey Don Felipe III manda a establecer la Casa de Moneda de Santa Fe con el objeto de acuñar monedas de oro y plata, también otra Casa en Cartagena para acuñar monedas de vellón rico.

Se manda a retirar de circulación las monedas de vellón acuñadas en Cartagena y a dicha Casa se ordena acuñar únicamente monedas de Plata.

Por orden del Rey Don Felipe II, se reemplaza la moneda de Martillo también llamada "Moneda de Cruz" por la moneda circular y de cordoncillo al canto, las antiguas se continuaron acuñando hasta 1750.

Mediante Cédula Real, el Rey de España autoriza al cabildo de Popayán establecer una casa de Moneda en dicho lugar.

En México se comienza a acuñar las primeras monedas circulares de cordoncillo, recibiendo en el caso de las de plata el nombre de "Columnarias" o también "Monedas de dos mundos y mares", estas duraron nada mas que 45 años, cuando Carlos III las mandó a retirar.

Se acuñan las primeras monedas en Popayán.

El Rey ordena que las monedas que se acuñaran en América tuviesen únicamente la ley de 10 dineros y 20 granos (0,9 de fino), lo cual representaba una devaluación de casi el 10% e imponía un plazo de dos años para que se recogiese toda la plata de los antiguos cuños a fin de reacuñarla de acuerdo al nuevo mandato.

Se prorroga dos años mas la orden de recoger las monedas para reacuñarlas.

Se derogan las disposiciones dadas anteriormente al tiempo que se recomendaba la acuñación de moneda de menor denominación para las pequeñas transacciones. Las nuevas monedas que se acuñaron fueron denominadas "Monedas de Busto"; la elaboración de las mismas duró hasta el fin de la dominación española.


 
EPOCA REPUBLICANA

No se ama lo que no se conoce. Por ello, para sentimos parte del Ecuador, nuestra Patria, debemos estudiar su trayectoria en el tiempo.

Este es el objetivo básico del Manual de Historia del Ecuador. Cubre más de doce mil años de nuestra trayectoria, desde las más remotas raíces del país, hasta el presente. Sus dos tomos están cuidadosamente preparados como un instrumento de conocimiento ágil, pero al mismo tiempo riguroso, basado en las más recientes investigaciones. Combina la exposición didáctica y el diseño editorial ameno, con la discusión académica especializada y las referencias a las publicaciones historiográficas más importantes.

Como secuencia del primero, este segundo tomo comprende la trayectoria del país desde su fundación como república hasta el presente. Está dividido en tres partes. La primera corresponde al primer período en que predominó el Estado Oligárquico Terrateniente y el proyecto nacional criollo (1830-1895). La segunda parte estudia el período en que predomina el Estado Laico y el proyecto nacional mestizo (1895-1960).

La tercera parte está dedicada al período inconcluso que viene desde los años sesenta del siglo pasado, en que ha se desarrollado el proyecto nacional de la diversidad.

Este manual es distinto a las versiones convencionales de nuestra historia. Tiene como gran protagonista al pueblo, a los grandes actores sociales colectivos. En el marco de su papel en el mundo y en Latinoamérica, la obra estudia la producción económica, la estructura social, la vida política, la cultura y sus manifestaciones; caracteriza los procesos y ubica en ellos a los protagonistas personales y a los eventos concretos.
Este segundo tomo es obra de Enrique Ayala Mora, lúcido renovador de los estudios históricos del Ecuador y uno de los profesionales más reconocidos en América Latina. Es uno de los autores más leídos del país. En su preparación ha empleado varias décadas y una rica experiencia de maestro e investigador científico. Pero este trabajo, como se ha advertido, es también fruto de años de reflexión colectiva con maestros de historia, alumnos de bachillerato y universidad.
Dar a conocer la Historia Patria es el propósito de este libro. Está especialmente dedicado a los estudiantes, pero es también una obra de consulta general. Si los ecuatorianos y ecuatorianas de todas las edades lo leen, habrá logrado su principal objetivo.



EPOCA CACAOTERA

 
Aunque el cacao influyó necesariamente sobre la vida económica ecuatoriana en general, el incremento de sus exportaciones condujo, no cabe duda, a una mayor especialización económica regional. Mientras en la costa la economía se orientó fundamentalmente a su producción y exportación, en la sierra (centro-norte y sierra-sur) la hacienda continuó siendo la forma productiva predominante. Ambas regiones presentaban rasgos económicos singulares, ya que la producción hacendataria del centro sirvió fundamentalmente para abastecer las necesidades del mercado interno, en cambio, el sur logró en algo articular su economía al mercado internacional, a través de la exportación de productos artesanales como los sombreros de paja toquilla y la tagua. Estas diferencias muestran que el país coexistían economías que generaron un desarrollo dispar al interior del mismo.
Bajo estas circunstancias, las diferencias entre las élites regionales se polarizaron. Mientras la oligarquía costeña buscaba asegurar condiciones propias para su articulación con el mercado internacional, los terratenientes serranos intentaban mantener el predominio hegemónico de la hacienda e impulsar la incipiente rama artesanal que exigía que desde el Estado se establezcan políticas proteccionistas, al mismo tiempo que luchaban por mantener el control de la fuerza de trabajo, en un momento en que gran cantidad de campesinos serranos, huyendo de la sujeción a la hacienda, emigraban hacia el litoral a enrolarse como fuerza de trabajo en las plantaciones cacaoteras.

En esta condiciones, el progresismo favoreció la adecuación de la estructura económica del país a las exigencias de la economía agroexportadora costeña, demandadas no sólo por los élites del litoral, vinculadas a esas actividad, sino por los grandes centros de comercio internacional. En este sentido, el capital inglés, que a lo largo del siglo XIX controló gran parte del comercio exterior ecuatoriano, jugó un papel fundamental. Y es que las empresas financieras inglesas, que se relacionaron con cosas comerciales de Guayaquil, convirtiéndose en agentes intermediarios a través de los cuales se revendía el cacao a los diferentes mercados europeos, obtenían el cacao a los diferentes mercados europeos, obtenían lucrativos beneficios por el concepto de la reventa del producto. El capital inglés estaba entones muy empeñado en que se crearan las condiciones nacionales apropiadas para el desarrollo de esta lucrativa actividad que no sólo reclamaba que los propietarios de las grandes haciendas cacaoteras aumentaron la oferta de productos, frente a la demanda internacional, sino que se creara una estructura vial, comercial y bancaria que facilitara dicho intercambio con el exterior.

Así, frente a las nuevas condiciones económicas nacionales e internacionales, y presionado por el capital inglés, los gobiernos progresistas pusieron en marcha una política económica aperturista y librecambista, que se concretó durante el gobierno de Flores, en la supresión de diezmo, el arreglo de la deuda externa y los contratos del ferrocarril, medidas que no satisfacieron los intereses de los terratenientes serranos ni de la Iglesia, que se ubicaron en la oposición, en su afán por detener un proceso que bajo las condiciones nacionales e internacionales imperantes no podía dar marcha atrás.

La creciente demanda de banano de Europa y Estados Unidos y el impacto de plagas y huracanes en las plantaciones centroamericanas fueron dos factores que pesaron para que el gobierno de Galo Plaza Lasso se pusiera como objetivo convertir a Ecuador en productor de banano. La mano de obra barata, la disponibilidad de tierra agrícola, la política de fomento del gobierno -que incluía créditos y obras de infraestructura- y la ausencia de plagas y huracanes en el país sentaron las condiciones para que el país fuera el primer productor mundial de la fruta. La exportación de banano fue el eje de la economía ecuatoriana hasta los años 70, cuando fue suplantada por el petróleo.

El proceso inicial de expansión del banano duró hasta fines de 1950 y se sustentó en las pequeñas y medianas plantaciones, debido a una política que fomentaba este tipo de producción por parte del gobierno y evitaba la concentración de tierra y capital en pocas manos, como sucedió con el auge cacaotero. Este proceso desencadenó la formación de una burguesía agraria que fortaleció a la clase media, la cual, según la concepción gobiernista, era la portadora de los valores democráticos. La estrategia apuntaba también a crear una sociedad con mayor capacidad de consumo. Las empresas transnacionales -como la United Fruit Co.- sólo intervinieron en la etapa de comercialización.

Durante los años 60, las plantaciones centroamericanas empezaron a recuperarse, lo que supuso una disminución de la demanda para la fruta ecuatoriana. La crisis de sobreproducción y la presencia de plagas golpearon con fuerza a los pequeños y medianos productores, quienes no contaban con el capital para hacer frente a períodos de crisis o nuevas inversiones. La quiebra de los pequeños productores fue aprovechada por los grandes propietarios, quienes iniciaron la etapa bananera de la gran plantación en la Costa ecuatoriana. Muchas veces estos combinaban la producción con la actividad exportadora, imponiendo precios a los pequeños productores que aún hoy subsisten en el agro de la Costa.

EPOCA PETROLERA

Al iniciar la década de los sesenta un cambio cualitativo se mostraba en la formación social ecuatoriana para lo cual influyen múltiples factores: el incremento del capital mercantil y su concentración en la burguesía agro exportadora y comercial, especialmente del litoral; la expansión de la red de transportes y comunicaciones, la mayor integración del país, etc.

Ya iniciada la década de los setenta se produce una afirmación de los importantes cambios que caracterizaron la década anterior: mayor gravitación de los centros urbanos, ampliación y diversificación de la base exportadora ( en especial el petróleo ), acentuación del proceso de industrialización sustitutiva de importaciones, crecimiento de la población asalariada, concentración creciente de la producción y el capital, extensión del mercado propiamente capitalista. Las Fuerzas Armadas en ese tiempo, una vez más asumieron las tareas de gobierno en febrero de 1972 anunciando la ejecución de un programa de reformas sustanciales como la agraria, la tributaria y un conjunto de acciones en beneficio popular.

Seis meses después de instalado el nuevo gobierno empieza en el país la explotación y exportación de petróleo, favorecidas por el desarrollo de una coyuntura especial caracterizada por altos precios del petróleo en el mercado mundial. Fue la exportación petrolera la que permitió crecimientos verdaderamente espectaculares de los principales agregados económicos. Es así que el estos agregados crecieron a ritmos nunca antes experimentados. Las exportaciones del orden de los 190 millones de dólares de 1970 pasaron a mas de 1300 millones de dólares de 1977.El presupuesto del gobierno central paso del orden de los 5000 millones de sucres en el 70 a los 27 mil millones en 1977, el PIB aumentó de 1062 millones de dólares a 13946 millones de dólares en el mismo periodo, la RMI de 55 millones de dólares a 563 millones de dólares. Con esto se vigorizó la participación del Ecuador dentro de la lógica globalizante del capitalismo internacional. El país se volvió más atractivo para las inversiones y los bancos extranjeros, precisamente por esa riqueza petrolera que le otorgo la imagen de un nuevo rico. La enorme masa de recursos captada por el estado le permitió invertir en infraestructura vial, energética, sanitaria y atender a presiones económicas y sociales múltiples.

Estas y tantas otras circunstancias no vividas anteriormente parecieron marcar el inicio de una etapa diferente a las atravesadas por el país hasta 1972. La sensación de que se agotaba un modelo de expansión –basado en la exportación de materias primas y productos primarios de origen agropecuario, sometido históricamente al juego adverso de las relaciones de intercambio, con débiles y fluctuantes mercados- y se pasaba a otro modelo en el cual la exportación sustantiva iba a descansar en el petróleo con precios en ininterrumpidos ascensos, mercados estables y seguros y con toda la secuela de riqueza, de irradiación de modernismo sobre todo el cuerpo económico nacional y la afirmación de una sociedad urbano-industrial.

Así la década de los setenta significo el mayor desarrollo del capitalismo ecuatoriano, y a su vez, la mayor internacionalización o subordinación de la estructura productiva del país al desarrollo del capitalismo mundial. Este veloz desarrollo del capitalismo en el Ecuador vinculado al sistema capitalista mundial en su etapa monopólico, no fue capaz de eliminar ciertas formas atrasadas de producción que continuaron vigentes y articuladas funcionalmente a las formas modernas de producción, constituyendo el lado rezagado y gris del proceso, de donde se desprende que el subdesarrollo del Ecuador no es un fenómeno precapitalista sino un proceso de conformación típicamente capitalista.

La economía del Ecuador siempre tuvo a lo largo de su historia altibajos, es así que la larga recesión provocada por la crisis del cacao, que se inicio a principios de la década de los veinte, se le suma la Gran Depresión de los años treinta, esta fue superada con un nuevo periodo de auge exportador: El Bananero, que abrió la puerta a una serie de cambios largamente esperados en la sociedad ecuatoriana. Y la posterior crisis del banano, registrada en los años sesenta, fue superada por el ya conocido boom petrolero a partir de 1972.Cuando teníamos un poco mas de un año exportando petróleo, que empezó a fluir hacia el mercado mundial el 18 de agosto de 1972, a raíz de la cuarta guerra árabe-israelí en cuyo contexto los países árabes impusieron el bloqueo petrolero a algunas naciones industrializadas, se produjo un primer y significativo reajuste de los precios del crudo en el mercado internacional. El crudo Oriente que en agosto de 1972 se cotizó en $2,5 dólares subió a $ 4,2 dólares en 1973 y a $ 13,7 dólares en 1974. Este aumento de la valoración del petróleo amplio notablemente el flujo de recursos financieros, facilitando un crecimiento acelerado de la economía ecuatoriana.

 
Situación Actual de las Relaciones Comerciales del Ecuador

En la actualidad se evidencia la ausencia de una política de Estado en materia de comercio exterior. Esta situación es desventajosa para el país, ya que necesitamos tener oportunidades de acceso preferencial a los mercados del mundo, puesto que nuestra visión de negocios debería ser procurar vender más productos, ya que de esa manera haremos que se desarrolle la producción y, por tanto, que se genere empleo en el país.

A diferencia de esta visión, el Ecuador ha optado por restringir importaciones a través de la aplicación de una salvaguardia de balanza de pagos, así como de un salvaguardia cambiaria contra Colombia. Más allá de la legalidad de estas medidas, el modelo de protección mediante la aplicación indiscriminada e indefinida de aranceles, no logrará el objetivo a largo plazo de desarrollar la economía del país.

Es legítimo aplicar medidas de defensa comercial que procuren corregir distorsiones en el mercado interno, siempre que estas sean provocadas por medidas artificiales aplicadas por Gobiernos o empresas de otros países, que imposibiliten a la industria nacional competir en iguales condiciones. Pero nunca aplicar estas medidas únicamente por razones políticas o simplemente para trabar el comercio, ya que a la larga el resultado será que todos habremos perdido.